Especialidad en Hematología

La  Hematología es una rama de la medicina interna que requiere un entrenamiento clínico y conocimiento de laboratorio para ejercerla correctamente. El Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad de Costa Rica en asocio con el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (CENDEISSS) ofrecen la formación universitaria en dicha especialidad, para la atención de pacientes adultos, en los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social, bajo el sistema de residencias médicas.

El plan de estudios comprende cinco años, los dos primeros en el área de la Medicina Interna que le dan las bases al médico estudiante, para el manejo clínico del enfermo y los otros tres en el área de la especialidad.

Durante los tres años de especialización, el médico estudiante tiene un entrenamiento clínico constante. En los dos primeros años, se enfatizan los aspectos básicos de la hematologìa, recibe cursos de laboratorio, estadística, inmunología, genética, banco de sangre, morfología de la sangre periférica y de la médula ósea, además de su práctica clínica y en su último año el énfasis se centrará en la terapia. El posgrado contempla tres meses de rotación por un hospital pediátrico.

La dirección del entrenamiento está a cargo de la Unidad de Posgrado de Hematología, constituida por miembros de los servicios participantes en el programa, unidad que está adscrita al Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad de Costa Rica.

La hematología es una rama de la medicina interna cuyo objeto de estudio es la estructura y función de la médula ósea, de los órganos linfoides y el proceso de la hemostasia, así como el diagnóstico y tratamiento de los padecimientos de los mencionados órganos. Se consideran los principios de la medicina transfusional, por estar estrechamente relacionados con la Hematología.

La práctica de la especialidad comprende una fusión de varios aspectos relacionados con el padecimiento de un paciente: el conocimiento científico, la práctica clínica, el diagnóstico y la aplicación de procedimiento y esquemas terapéuticos para devolverle la salud, mejorar su calidad de vida y evitarle complicaciones.

La Hematología ha experimentado, al igual que otras ramas de la medicina, un gran progreso en el conocimiento de los procesos fisiológicos y de las enfermedades que afectan los órganos hematopoyéticos, en el que se basa el que hacer de la especialidad: se conocen mejor los fenómenos del crecimiento celular y de la hematopoyesis así como su regulación genética, se explican con mayor precisión los mecanismos que producen las enfermedades y se elaboran técnicas de diagnósticos que permiten identificar mejor las patologías.

El diagnóstico se ha vuelto complejo, pues no solo se deben tomar en cuenta los aspectos clínicos, que son fundamentales, sino que es necesaria la interpretación cuidadosa de las técnicas inmunológicas, histoquímicas y citogenéticas para establecer con precisión el diagnóstico y el pronóstico de las enfermedades.

El tratamiento de los padecimientos hematológicos también ha sufrido grandes cambios, se han diseñado complejos esquemas de quimioterapia y tratamientos biológicos para  las enfermedades en los que la conducta era expectante, se han implementado una serie de procedimientos terapéuticos como la utilización de las células madre para curar padecimientos malignos y una serie de fármacos concebidos en el conocimiento de los procesos básicos de la enfermedad, todos de alto costo económico, que requieren de un entrenamiento formal para la obtención de los mejores resultados.

La práctica clínica de la especialidad hace necesaria la formación de un especialista con excelentes bases en medicina interna, que sea capaz de hacerle frente a este reto: llegar a un diagnóstico preciso, capacitado para aplicar rigurosos esquemas de tratamiento, con el propósito de alcanzar los mejores resultados, sin detrimento de la calidad de vida del enfermo y con las mínimas secuelas posibles.

Los hematólogos ocupan un lugar importante en los hospitales nacionales donde se encargan del estudio, diagnóstico y tratamiento de los pacientes con problemas hematológicos, tanto en el ámbito de hospitalización como de consulta externa. Resuelven las consultas de la especialidad que otros médicos solicitan sobre aspectos hematológicos en situaciones quirúrgicas o de manifestaciones en la sangre en otras enfermedades. Realizan la toma y el reporte de citologías de la médula ósea y la aplicación de quimioterapias intratecales. Ejecutan o supervisan procesos de aféresis terapéutica y son asesores de otros especialistas en el uso de hemoderivados. Participan en el proceso de enseñanza de pregrado y Posgrado de la especialidad y de la de medicina interna.

Los logros más importantes en el campo de la Hematología son la formación de unidades especializadas multidisciplinarias, donde se unen los esfuerzos de profesionales de laboratorios especializados, farmacéuticos y enfermeras en el tratamiento de pacientes con cáncer de la sangre y el tejido linfático. Se ha iniciado, además, los procesos de aféresis terapéutico y el desarrollo de los trasplantes de células madre de la médula ósea tanto autólogos como alogénicos. Se ha logrado organizar el tratamiento de la hemofilia y trastornos afines.

La Hematología ha logrado cambios significativos no solo en el conocimiento de la ciencia básica, sino también en el pronóstico de enfermedades consideradas como mortales como la anemia aplástica y en el mejoramiento de la calidad de vida en enfermedades crónicas como la hemofilia. Juega un papel preponderante en el manejo de los pacientes con cánceres originados en la médula ósea y los órganos linfoides. Se ha logrado la curación de un significativo número de pacientes con padecimientos como las leucemias agudas y crónicas, lo mismo que la curación de un número de pacientes con linfomas. En otros padecimientos ha logrado aumentar la vida de los enfermos. Ha mejorado la práctica de la transfusión sanguínea y juega un papel importante en la prevención de los procesos trombóticos en las personas con trastornos trombofílicos primarios.