Especialidad en Infectología

Las enfermedades infecciosas han sido parte de la historia del ser humano. Ellas han evolucionado, en particular, desde que se les empezó a retar con medidas farmacológicas antimicrobianas e inmunológicas. Esta batalla ha dado lugar a una intensa modificación de sus conductas fenotípicas y genotípicas, a la aparición de cepas microbianas resistentes y a la amenaza de fenómenos masivos de inmenso impacto biológico, social y económico.

Esta situación ha provocado la necesidad de buscar respuestas y soluciones cada vez más complejas, de alto nivel tecnológico y científico. Consecuentemente, la atención médica de las enfermedades infecciosas ya no puede limitarse a un ámbito de conocimientos básicos y la especialización de alto nivel se ha convertido en una exigencia constante.

La situación del país y el sistema nacional de salud exigen respuestas claras y precisas a esos dilemas; así como profesionales visionarios y actualizados al más alto nivel, capaces de generar estas respuestas. Médicos que puedan ir más allá de diagnosticar y tratar e incursionen en espacios como la prevención, la investigación y el uso racional de los limitados recursos con que cuenta el país.

El Médico Especialista en Infectología viene entonces a constituirse en la respuesta a una crítica coyuntura científica que reúne una mezcla precisa de proactividad, actualización, creatividad, investigación, administración racional de los recursos; completamente inmerso en un ambiente inter y transdisciplinario de alto impacto biológico, social y económico.

La realidad epidemiológica a nivel microbiológico de nuestro país exige respuestas prontas a demandas internas y amenazas externas cada vez mayores. Costa Rica es un país en vías de desarrollo que posee características de salud de país desarrollado; de modo que la formación de Especialistas en Infectología con un enfoque global de las enfermedades infecciosas es una exigencia ineludible.

La Infectología tiene por objeto de estudio las infecciones y las enfermedades causadas por microorganismos. Su amplitud es tal que exige un sólido fundamento en la Medicina General y en la Medicina Interna, lo que le permite establecer una relación estrecha con todas las demás áreas de la profesión. Para esto, hace uso de recursos que incluyen: epidemiología, estadística, farmacología, microbiología, imagenología médica en sus diversas modalidades, cirugía, y anatomía patológica, entre otras. Procura desarrollar fortalezas y estrategias en las áreas de epidemiología, semiología, habilidad diagnóstica y destreza terapéutica, y prevención y control de infecciones. Tiene capacidad de proyectarse a nivel social y económico a través del análisis de costos de atención y carga de enfermedad, educación, prevención y promoción y ejerce una influencia decisiva a nivel biológico con el uso adecuado de antimicrobianos y en la valoración de su impacto en el ser humano. Además, la Infectología tiene una clara participación en los procesos formativos, tanto de grado como de posgrado, de prácticamente todas las especialidades médicas y áreas de estudio relacionadas. Su potencial en investigación es inmenso y aún no se ha podido explotar adecuadamente en vista de que la escasez de profesionales en el área dentro de la CCSS produce un recargo de funciones asistenciales en detrimento del área de investigación.

Se puede resumir diciendo que su campo de acción académico se centra en las siguientes áreas: asistencia, docencia, investigación, además de proyección social, a través de las tres anteriores.