Especialidad en Cardiología

El cardiólogo general es un médico especialista con una base minuciosa de entrenamiento y experiencia en medicina interna. El entrenamiento en cuidados críticos, enfermedades respiratorias, renales, endocrinológicas, diabetes y geriatría constituyen campos relevantes de interacción que requiere de nuestra atención y conocimiento.

El posgrado se fundó hace casi cuarenta años, gracias al  Dr. Roger Vanegas Barrios, acompañado de un grupo de abnegados y visionarios colegas cardiólogos. Dentro de la madurez adquirida, y aunada a la  globalización demandada por el desarrollo humano y tecnológico, se coincide con Thierry, quien, en representación de la Sociedad Europea de Cardiología, expresa textualmente en su documento ESC Core Currículum 2013: “ Al completar el currículum en  cardiología general, este debe dotar al cardiólogo entrenado, del conocimiento teórico, herramientas clínicas, actitudes y conductas para actuar autónoma e independientemente como un experto en:

a)    Diagnóstico, evaluación y tratamiento de emergencias cardiovasculares

b)    Diagnóstico, evaluación y manejo del paciente referido desde el primer nivel u otro médico especialista con cardiopatía conocida o sospechada

c)    Asesoría de riesgo individual y la prevención de enfermedad cardiovascular en la comunidad".

 La habilidad para aplicar el conocimiento a los problemas clínicos requiere una profunda formación integral, que dote al profesional de una clara solvencia en el conocimiento de las indicaciones para la realización e interpretación de los estudios, tratamientos y procedimientos cardiológicos. Esto demanda un profundo conocimiento y experiencia de las subespecialidades de Cardiología para asegurar una apropiada referencia, sin sobrecarga, a estadios de investigación y tratamientos más avanzados y específicos, si la situación del paciente lo requiere.

 La misión de cardiólogo pionero, aislado y totalmente independiente, pasó a la historia; en su lugar, en Costa Rica, al igual que muchos de los países del mundo, se requiere que este profesional se integre al trabajo en equipo; debe ser capaz de liderar, coordinar e interactuar con los diferentes actores en la red interna intrahospitalaria, de servicios de medicina cardiocirculatoria: subespecialistas en cardiología, otras especialidades en medicina, médicos generales, enfermeras, paramédicos y otros profesionales en salud. De esta forma, su gestión trasciende de la evaluación y tratamiento del paciente con cardiopatía establecida o sospechada a una más ambiciosa función y responsabilidad dentro de una compleja red de vías definidas de servicios asistenciales o curativos, hospitalarios y ambulatorios, de investigación, de docencia, de rehabilitación, prevención y promoción de la salud cardiovascular.

 La indicación de un procedimiento invasivo, diagnóstico o terapéutico generalmente es clara, pero en otras situaciones, los aspectos relevantes derivados de diferencias de opinión, experiencia, recursos y logística local, hacen necesaria la implementación concertada de equipo cardiaco multidisciplinario, que incluye: cardiólogos generales, intervencionistas, anestesiólogos y cirujanos cardiovasculares, así como otros proveedores médicos o paramédicos para el proceso balanceado de toma de decisiones. Lo anterior sin descuidar la retroalimentación del médico general y otros proveedores de primer nivel de atención, el fomento a la participación de los pacientes y sus familias en el papel fundamental, en  la decisión informada acerca de su tratamiento.

 La guerra contra las enfermedades cardiocirculatorias no se lucha ni se gana en un solo escenario; los cardiólogos frecuentemente deben involucrarse para realizar su función con médicos generales y otros tipos de funcionarios en salud dentro del cuidado global de los pacientes, que va más allá de su responsabilidad primaria específica, atinente a las enfermedades cardiocirculatorias; por lo tanto, el cardiólogo moderno debe contar con la solvencia científica y moral, credibilidad académica y personal, habilidad política, inteligencia emocional y lógica y destrezas de comunicación que le otorguen la capacidad  de gestar, planificar, integrar, liderar, evaluar y reformar su red de servicios de salud y la herramienta de interacción será el diseño e implementación de un sistema de referencia y contrarreferencia en su red, para lo cual debe conocerla.

 El avance tecnológico y la complejidad de los pacientes a atender demandan la introducción de subespecialidades, primordialmente: Cardiología Intervencionista, Imágenes Cardiológicas no Invasoras, Electrofisiología, Cardiopatías Congénitas en el Adulto, Falla Cardiaca Crónica y Trasplante Cardiaco, Cuidado Agudo Coronario, así como Cardiología Preventiva. Esta misma complejidad requiere un admirable trabajo en equipo entre los cardiólogos de diferentes perfiles y su relación con las especialidades relacionadas.

 El conocimiento también puede derivarse de una sólida formación en metodología de investigación y su análisis estadístico. El análisis de costo efectividad debe ser un tópico de interés creciente en las decisiones médicas, sin descuidar el papel primordial de la seguridad del paciente.

 En este momento del desarrollo humano y tecnológico, todo está normado y debidamente estandarizado; por lo tanto, cada uno de los contenidos teóricos y de las competencias que tiene que desarrollar el residente en formación tiene su referencia de implementación en Core Curriculum 2013, de la Sociedad Europea de Cardiología y Competency Training COCATS 4, dirigido por American College of Cardiology en el año 2015, quizás dos de los organismos más reconocidos en el quehacer cardiológico mundial.